Detrás de cada desilusión, hay una expectativa.
La expectativa es aquello que esperas recibir.
Recibir ese “alimento” del exterior que refuerce lo que a ti te cuesta darte.
Muchas veces, no sabes que esperas recibir.
Eres consciente cuando recibes algo que no te satisface.
Es cuando entras en contacto con esa sensación de “injusticia” y de no empatía por eso que te llega.
Voilà! Ahí podemos darnos cuenta que esa “justicia o cuidado” y empatía es precisamente lo que necesitamos darnos más a nosotras mismas, y dejar de esperar.
Dejar de buscar.
Y entonces sí, abrirte a recibir lo que sea que la vida tiene para ti.